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Se define la osteoporosis como un trastorno del esqueleto caracterizado por una alteración de la resistencia ósea, que predispone a un mayor riesgo de fracturas, y dado que la resistencia del hueso refleja principalmente la integración de la densidad ósea y la calidad del hueso, es lógico suponer que el diagnóstico de osteoporosis debería contemplar dichos aspectos. Sin embargo, en la práctica diaria son fundamentalmente los aspectos cuantitativos los que se evalúan y, de hecho, la propia definición de osteoporosis se basa en criterios densitométricos, de modo que no puede afirmarse sin haber realizado una evaluación de la masa ósea que un paciente padece esta condición clínica. En general, el diagnóstico de osteoporosis se basa en el establecimiento de una sospecha del padecimiento de la patología o de alto riesgo de padecerla que justifique el empleo de métodos diagnósticos complementarios, tanto estructurales como bioquímicos. Desde el punto de vista estructural, existen numerosas técnicas que nos permiten evaluar tanto la calidad ósea como la cantidad. En realidad, el único método que nos arroja datos cuantitativos y cualitativos directos es la histomorfometría ósea (biopsia de cresta iliaca), pero dado que se trata de una técnica cruenta, no se emplea en la práctica y se suele recurrir a los métodos indirectos. De entre ellos, el patrón de oro en el diagnóstico de la osteoporosis es la densitometría axial radiológica de doble energía (DXA) que, aunque existen otras técnicas densitométricas que también presentan cierto valor diagnóstico, es la más precisa y en la que se basa la propia definición de osteoporosis. Sin embargo, existen ciertas dificultades tanto extrínsecas como inherentes a la propia técnica a la hora de interpretar correctamente una DXA, o una secuencia de DXA realizadas a un mismo paciente a lo largo del tiempo. El presente curso pretende describir la estructura de un informe densitométrico habitual, así como analizar todos los factores que pueden inducir a error en la interpretación de la DXA, en aras de posibilitar el correcto diagnóstico y valoración de la evolución temporal de la masa ósea de nuestros pacientes. Para realizar la exposición de un modo más dinámico y más didáctico para el alumno, la explicación de los distintos errores en la interpretación de la densitometría se llevará a cabo en el segundo capítulo mediante la exposición de diferentes casos clínicos en los que se argumentará la evaluación correcta de su DXA.
Al final del curso el alumno debe:
- Manejar correctamente las definiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto de las categorías óseas densitométricas, su fundamento y sus implicaciones, así como los scores que de ellas se derivan.
- Conocer los métodos de diagnóstico por imagen que se emplean en la evaluación de la masa ósea y las diferencias existentes entre ellos.
- Describir exhaustivamente la estructura del informe densitométrico, así como reconocer e interpretar debidamente la información que contiene.
- Detectar potenciales errores que condicionen la incorrecta interpretación de una DXA o de una secuencia temporal de DXA.
- Subsanar los citados errores interpretativos derivados tanto de imprecisiones conceptuales como de deficiencias en la técnica densitométrica.
- Sección 1: Definición de osteoporosis
- Sección 2: Epidemiología de la osteoporosis
- Sección 3: Evaluación estructural de la osteoporosis: calidad y cantidad ósea
- Sección 4: La absorciometría radiológica de doble energía o densitometría axial (DXA)
- Sección 5: El informe densitométrico: estructura, información e interpretación
- Sección 6: Test del capítulo
Silvia Pilar González Rodríguez es experta en menopausia y doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alcalá de Henares y Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca.
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